Bajo el calor tropical del mes de julio, en el Salón Aeronáutico de Farnborough, el fabricante de turbohélices ATR presentó la última versión de su popular avión ATR 72-600, con la inscripción "PW127-XT" en sus motores. Los propulsores Pratt & Whitney, certificados a finales de agosto, prometen una mayor eficiencia en el consumo de combustible y apuntan a un mayor cambio de actitud y prioridades tanto entre los constructores de aviones como entre los fabricantes de motores.
En sus oficinas de diseño de Toulouse, el fabricante franco-italiano (OEM) está trabajando intensamente en una actualización más rigurosa de su diseño de más de 40 años. Llamado EVO, se presentó en mayo, pero no está previsto su lanzamiento oficial hasta finales de 2023, ya que ATR aún tiene trabajo por hacer.
Cuando Embraer se puso seria con su turbopropulsor de 50-90 plazas (que probablemente se presentará en el Salón Aeronáutico de París de 2023) y ZeroAvia y Universal Hydrogen anunciaron iniciativas para modificar los ATR existentes y los Dash 8-400 de De Havilland Canada para convertirlos en aviones de hidrógeno, muchos se preguntaron cuál sería el siguiente paso de ATR. ¿Imaginaría un diseño limpio? Parece que no. Los primeros renders por ordenador del EVO publicados a principios de este año dejaban entrever claramente su herencia, hasta el punto de que se parecía mucho al ATR 72-600.
Stéphane