Como conclusión de una serie de siete partes, examinamos el panorama del sector aeronáutico británico 70 años después de la "nueva era isabelina
En 2012 se conoció la noticia de que BAE Systems pretendía fusionarse con EADS, lo que habría supuesto el fin de BAE en su forma independiente, de propiedad británica. El plan fue apoyado por el gobierno británico, aunque sólo en la medida en que sería "en el interés nacional del Reino Unido", en palabras del Secretario de Estado de Defensa Philip Hammond. Pero el principal accionista de BAE, Invesco Perpetual, se pronunció en contra, y ni el Gobierno francés ni el alemán estaban contentos, siendo la canciller alemana Angela Merkel la que más se opuso. En octubre, el proyecto se cerró, lo que provocó cierta preocupación por el futuro de BAE. Sin embargo, la empresa se había expandido hacia los vehículos terrestres y marítimos, y ahora es un auténtico gigante mundial de la defensa.