
El vicemariscal del aire Donald C. T. Bennett no era ajeno a la adversidad. Como primer comandante de la Fuerza Pathfinder de la RAF, este australiano de carácter duro había luchado incansablemente para mejorar la destreza de navegación del Mando de Bombarderos y, por tanto, su precisión de tiro. No era el tipo de hombre que aceptaba ser el segundo en discordia, y no le importaba a quiénes dejaba fuera de juego por el camino. Crear su propia compañía aérea, equipada con un avión que había pasado por una gestación y una entrada en servicio muy problemáticas, debía parecer una mera bagatela.
Pero "Pathfinder Bennett" ya conocía el Avro Tudor de su época como director ejecutivo de British South American Airways. Había introducido el tipo en tareas comerciales a finales de octubre de 1947. Incluso después de la pérdida, en enero siguiente, del BSAA Tudor IV G-AHNP Star Tiger, en ruta desde las Azores a las Bermudas, Bennett fue un firme defensor de la máquina. En su opinión, lo más probable es que la culpa sea del sabotaje, y no de cualquier fallo. El 10 de febrero de 1948, tras haber sido demasiado vocal para el gusto de la junta directiva de la BSAA, fue despedido. "Hoy", dijo, "se me ha concedido el mayor honor de mi vida. Me han despedido por haber dicho lo que pensaba".
Poni