Que decenas de miles de pasajeros y muchas toneladas de carga atraviesen con seguridad el Reino Unido en cientos de vuelos diarios no es ninguna hazaña. Una tripulación competente y aviones en buen estado son cruciales, pero también lo es la red de control del tráfico aéreo que supervisa el movimiento de estas aeronaves. El espacio aéreo sobre Gran Bretaña es uno de los más transitados y complejos del mundo, por lo que el cargo de oficial de control del tráfico aéreo (ATCO) conlleva una gran responsabilidad.
