Tras muchos meses de especulaciones sobre el rumbo que podría tomar la Estrategia Espacial de Defensa del Reino Unido, el gobierno ha revelado por fin qué capacidades futuras se van a desarrollar.
El aumento de la militarización del espacio provoca fricciones y marca la diferencia
Tim Peake, astronauta de la ESA
CON<span class="ld_bold">con</span> <span class="ld_bold">la publicación de la Estrategia Espacial de Defensa (DSS) a principios de febrero, tras muchos meses de retrasos, el Reino Unido ha intentado dar más contenido a las a menudo efímeras ambiciones del país en un ámbito que será la piedra angular de la defensa en las próximas décadas.</span>
Para ello, el DSS ha prometido una serie de inversiones por un total de 1.400 millones de libras, que se destinarían a tecnologías "de vanguardia" para proteger los intereses del Reino Unido en el espacio. Esto incluye 968 millones de libras para un nuevo sistema multisatélite que permita una mayor vigilancia e inteligencia global para las operaciones militares -conocido como el programa ASTARI- y otros 61 millones de libras para explorar la tecnología de las comunicaciones por láser con el fin de suministrar datos desde el espacio a la Tierra a velocidades equivalentes a la banda ancha superrápida terrestre.