Cindy y Whitney Beck, sus propietarios, han prestado este aparato en condiciones de volar, con los colores del VF-42 que lució en servicio, al Museo Fagen Fighters WWII de Granite Falls (Minnesota). El traslado se ha producido tras el cierre de su anterior sede, el Museo Aéreo Wings of the North de Eden Prairie.
Este Corsair no participó en la Segunda Guerra Mundial, sino que pasó a manos de la Marina estadounidense en 1946 y voló con diversas unidades, entre ellas el Escuadrón 225 de Cazas de la Marina (VMF-225) en MCAS Cherry Point, Carolina del Norte, y después con el VMF-212, con base en Japón, a partir de 1949. Es posible que participara en acciones durante la Guerra de Corea, pero fue devuelto a EE.UU. en 1950 para su revisión. Siguieron más destinos, culminando con una temporada en la VF-42.
Esta máquina tan viajera fue asignada más tarde a la Fuerza Aérea Hondureña, pero finalmente fue adquirida por el experto en aves de guerra de Dakota del Norte Gerry Beck, que pasó 16 años restaurándola para que estuviera en condiciones de volar. A partir de 1998, cuando realizó su primer vuelo tras la restauración, se hizo muy conocido en el circuito de exhibiciones aéreas de Dakota, y tras la trágica muerte de Gerry en 2007 pasó a manos de su familia.
