Fue un ataque clandestino antes del amanecer en el que participaron alrededor de una docena de combatientes de al-Shabaab procedentes de Somalia que, a pesar de la considerable presencia militar del Ejército de Kenia y de Estados Unidos, consiguieron infiltrarse en el perímetro de una base militar en Manda Bay, Kenia. Uno de los rebeldes apuntó con una granada propulsada por cohete, disparó contra un avión de vigilancia estadounidense y desencadenó un tiroteo que duró horas. Cuando terminó, los dos pilotos estadounidenses de ese avión y un soldado estadounidense habían muerto, otros dos militares estadounidenses estaban heridos, seis aviones y helicópteros de vigilancia habían quedado destruidos y partes del aeródromo estaban en llamas.
EE.UU. en África: las guerras secretas de las que nunca ha oído hablar
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