Había grandes expectativas puestas en la carrera aérea de 1953 entre Inglaterra y Nueva Zelanda, con la esperanza de que creara el ambiente y el esfuerzo de la famosa carrera a Australia del Trofeo MacRobertson de 1934. Al final, sólo participaron ocho aviones, cinco de ellos Canberras, pero se batieron varios récords.
Dos