En el 40º aniversario del inicio de la Guerra de las Malvinas, James Connolly detalla cómo comenzó el conflicto
En las primeras horas del 2 de abril de 1982, las lanchas Gemini que transportaban tropas de la Agrupación de Comandos Anfibios -un elemento de la Fuerza de Tarea 40.1 de Argentina- desembarcaron en Mullet Creek, una pequeña ensenada a tres millas al suroeste de Puerto Stanley. Dirigidos por el Capitán de Corbeta Guillermo Sánchez-Sabarots, los hombres habían sido desplegados al amparo de la oscuridad desde el ARA Santísima Trinidad, uno de los dos destructores Tipo 42 operados por la Armada Argentina. Una vez superados los mares agitados y los lechos de algas casi impenetrables, el grupo principal inició su marcha hacia el norte.
La invasión argentina de las Islas Malvinas había comenzado de verdad.
El asalto -denominado Operación Rosario- parecía ser el producto de una planificación meticulosa y detallada. Los miembros del Buzo Táctico, una división de fuerzas especiales de élite, dirigirían las incursiones iniciales sobre Moody Brook y la Casa de Gobierno, mientras que el 25º Regimiento de Infantería intentaría simultáneamente tomar el aeródromo de Puerto Stanley, permitiendo la entrada de suministros y refuerzos por vía aérea.
A las 05:30