Espoleada a principios de la década de 2000 por el creciente mercado internacional de aviones no tripulados, Turquía desarrolló una industria autóctona de aviones no tripulados y se ha convertido en un importante actor de este tipo de vehículos.
La historia del ascenso de Turquía como desarrollador y exportador verificable de sistemas aéreos no tripulados se remonta a los intentos de adquirir aeronaves estadounidenses e israelíes a mediados y finales de la década de 2000, esfuerzos que, por una serie de razones, supuestamente no cumplieron con las esperanzas o intenciones de Ankara.