El Ministerio de Defensa del Reino Unido quiere iniciar este año la adquisición de una serie de aviones no tripulados que operarán desde plataformas de la Marina Real, entre las que podrían figurar los portaaviones de la clase Queen Elizabeth, con el fin de mejorar las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR).
Los transportistas británicos podrían disponer de drones a reacción en el marco del Proyecto Vampiro
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