Puede que el Tesoro los considerara un lujo costoso, pero los Cometas de Havilland que formaron la columna vertebral de los esfuerzos de recopilación de señales de inteligencia de la RAF entre 1958 y 1974 fueron una herramienta esencial. Elempleo de estos aviones por parte del Escuadrón nº 51 permanece hasta cierto punto en la sombra, pero las últimas investigaciones arrojan nueva luz sobre sus actividades clandestinas durante la Guerra Fría...

Iba a ser una compra costosa. A mediados de la década de 1950, la pequeña flota de Boeing Washington de la RAF que recogía información de inteligencia secreta necesitaba ser reemplazada de inmediato, y el Tesoro era muy escéptico en cuanto a la justificación del coste. La respuesta del Ministerio del Aire fue que un nuevo avión sería un activo nacional, no sólo de la RAF, ya que el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno y el Estado Mayor de Inteligencia de la Defensa estarían muy involucrados en la asignación de tareas y en el análisis posterior a la misión.