
Miércoles 3 de febrero de 1943: en el lago Windermere, esa mañana se levantó una fuerte brisa. De repente, la paz se vio interrumpida por el fuerte estruendo de un potente motor. Observando desde la orilla, una pequeña multitud de hombres y mujeres esperaban pacientemente. En el lago se hacían los últimos preparativos para el primer ascenso de una forma de máquina voladora muy poco vista.
La lucha