Pocas personas del sector se sorprendieron cuando Boeing anunció el fin del 747 en 2020, tras cuatro décadas de producción.
Las ventas se habían ralentizado y el fabricante ya dejó caer en 2016 que el hacha estaba preparada para la última versión del avión que revolucionó el transporte aéreo hace más de 50 años. En el denso informe financiero trimestral de 60 páginas publicado por la empresa a finales de julio de 2016, figuraba la tentadora afirmación de que "es razonablemente posible que decidamos poner fin a la producción del 747".
Boeing dijo que tiraría del carro si se sentía "incapaz de obtener suficientes pedidos" y las pérdidas del programa se volvían "materiales".
La industria lleva años especulando con que la producción ya no es sostenible. En ese momento, Richard Aboulafia, respetado analista de aviación del Teal Group, dijo que ahora estaba en su "agonía". Aboulafia creía que los días de los cuatrimotores estaban contados. "Nadie quiere un cuatrimotor", dijo.
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