Encontrar un sustituto para el Boeing KC-135 Stratotanker fue una de las tareas más difíciles y controvertidas jamás emprendidas por la USAF. David Willis detalla el ascenso y la caída del malogrado acuerdo del KC-767A
Boeing creó una Oficina de Programas de Cisternas 767 como parte de su división de Apoyo Aeroespacial Militar a principios de 2001. El programa se puso en marcha en julio, cuando Italia encargó cuatro KC-767, mientras que Japón contrató otros cuatro en diciembre. Sin embargo, el principal cliente objetivo era la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), a la que Boeing había ofrecido el alquiler de 100 KC-767. El objetivo de la propuesta era sustituir unos 130 KC-135E, una de las variantes más antiguas y de mayor mantenimiento del stratotanker volado por la USAF.
La USAF había planeado originalmente comenzar a reemplazar sus KC-135 alrededor del año fiscal 2008 como muy pronto. Sencillamente, no podía permitirse nuevos aviones cisterna antes de esa fecha, debido a otras exigencias de su presupuesto. La oferta de Boeing le costaría 20 millones de dólares por avión al año, más 2 millones de dólares por avión al año en costes de apoyo, unos costes iniciales considerablemente menores que los de una adquisición tradici…