Cuando la cuota de los arrendadores de aeronaves en la flota mundial de aviones comerciales alcanzó la marca del 50% durante la pandemia de la COVID-19 -medida como la cuota de aeronaves de pasillo único y de doble pasillo gestionadas por los arrendadores operativos- se sintió como si se hubiera alcanzado algún tipo de hito simbólico.
Desde entonces, los acuerdos anunciados recientemente han demostrado la importancia continua y creciente de los arrendadores operativos, ya que las compañías aéreas tratan de construir flotas de aviones de nueva generación a través del ciclo de recuperación de la demanda emergente y ante la limitada disponibilidad de nuevas plazas de aviones de Airbus y Boeing.
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