De vez en cuando se oye hablar de alguien que encuentra un tesoro aeronáutico en un rincón oscuro y polvoriento. Esto es lo que ocurrió hace cinco años. Nueva Zelanda es conocida por sus expertos en restauración de renombre mundial, como Avspecs, famosa por sus proyectos Mosquito, Pioneer Aero, igualmente por sus P-40, y por supuesto The Vintage Aviator, especializada en aviones de la Primera Guerra Mundial. No hay que olvidar a la familia Subritzky, con su colección estática de aviones de entreguerras, de la Segunda Guerra Mundial, de la era del jet y helicópteros. Charlando un día con Steve Subritzky, hijo del fundador de la colección, Don, nos comentó que si alguna vez necesitábamos un proyecto, Charles "Bunny" Darby era el hombre al que debíamos acudir. Después de seguirle la pista, por suerte se encontraba en un momento de su vida en el que estaba dispuesto a mostrarnos una joya oculta durante mucho tiempo.
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