Se anuncian nuevas bases de la Guardia Nacional Aérea para el F-35A y el F-15EX

El 14 de agosto, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) anunció sus planes de equipar las bases de la Guardia Nacional Aérea (ANG) de Florida y Oregón -que operan cazas F-15C/D Eagle- con F-35A y F-15EX a partir de 2022.

El servicio señaló que Kingsley Field, en Oregón, será la primera base en recibir los nuevos cazas en 2022 y albergará la primera misión de entrenamiento formal de F-15EX de la USAF. La Base de la Guardia Nacional Aérea de Portland (ANGB), también en Oregón, albergará el primer escuadrón operativo de F-15EX a partir de 2023. En 2024, la ANGB de Jacksonville, en Florida, recibirá sus primeros cazas furtivos de quinta generación F-35A Lightning II.

F-35A [USAF/SSgt Andrew Lee]
A pair of F-35A Lightning IIs - operated by the 4th Fighter Squadron (FS) 'Fightin' Fuujins' - fly over Hill Air Force Base (AFB), Utah, in February 2018. USAF/SSgt Andrew Lee

El teniente general Mike Loh, director de la ANG, dijo: "La Guardia Nacional Aérea ha dado un paso adelante para afrontar los retos de innumerables contingencias nacionales en los últimos años... La transición a estos nuevos sistemas de armas mantendrá nuestra eficacia como miembro de la Fuerza Aérea Total en el futuro".

Esta medida se produce en un momento en el que la USAF pretende retirar sus envejecidas flotas de F-15C/D Eagle para mediados de la década de 2020, sustituyéndolos por los últimos aviones de combate de las fuerzas aéreas. El servicio también pretende reemplazar los F-15C/D con base en el aeropuerto de Barnes, en Massachusetts; en el aeropuerto de Fresno Yosemite, en California; y en la Base Aérea Naval (NAS) de la Reserva Conjunta (JRB) de Nueva Orleans, en Luisiana. La USAF también está considerando basar los F-35A en la NAS Lemoore, California.

F-15EX [USAF]
According to the USAF, the transition to the F-15EX will require minimal training and manpower, along with little to no infrastructure changes. USAF

Antes de tomar una decisión definitiva sobre las bases adicionales, la USAF llevará a cabo un proceso de análisis del impacto medioambiental. Este proceso incluye estudios de los emplazamientos que evaluarán las posibles repercusiones en los conjuntos de misiones existentes, los requisitos operativos, la infraestructura de la base, la mano de obra y los costes relacionados con el establecimiento de las nuevas aeronaves en estos lugares.