Para los no iniciados, un desfile aéreo militar probablemente parezca una corriente de aviones volando en elegante procesión sobre sus cabezas. Sin embargo, durante mi visita de dos días a la RAF de Coningsby, en Lincolnshire, sede del Vuelo Conmemorativo de la Batalla de Inglaterra de la RAF (BBMF, por sus siglas en inglés), pude comprobar que este tipo de producciones aéreas sólo pueden llevarse a cabo gracias a una exhaustiva planificación, un trabajo que tiene lugar tanto entre bastidores como en el interior de cada cabina. Se podría comparar con observar a un cisne mientras se desplaza grácilmente por un lago, con el cuello y las alas perfectamente colocados; lo que no se ve es el intenso trabajo que realizan las poderosas patas palmeadas del ave bajo la superficie, impulsándolo hacia delante.
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