El A321-211 partió del aeropuerto de Gran Canaria aproximadamente a las 12.30 horas (hora local) y cuando los pilotos se disponían a elevar el tren de aterrizaje del avión de corto y medio alcance, recibieron un aviso de "fallo del tren de aterrizaje". Dada la gravedad de la situación, el comandante del A321-211 ascendió la aeronave siniestrada a 8.000 pies (2.438,4 m), se dirigió al sur de la isla e inició un patrón orbital en un intento de consumir combustible para reducir el peso de la plataforma por si fuera necesario un aterrizaje de emergencia.
La SASF afirma que, poco después de producirse el incidente, la base aérea de Gando activó los "medios de emergencia para prestar apoyo en caso necesario". Mientras tanto, el centro de operaciones de la base se ofreció a enviar al A321 en problemas un par de F/A-18A+ Hornets que regresaban de una salida local de entrenamiento. Tras llegar al lugar donde se encontraba el avión, uno de los Hornets de la base se posicionó hacia la parte trasera del A321 a 6.000 pies (1.828,8 m) y comenzó a acercarse a la aeronave para llevar a cabo un reconocimiento visual y evaluar posibles daños para valorar la situación.
"Una vez situado debajo del Airbus, [el piloto del F/A-18A+] realizó una comprobación visual e informó a la aeronave civil de que tenía todo el tren de aterrizaje retraído y todas las escotillas cerradas, por lo que no se apreciaban daños. Gracias a las indicaciones del F/A-18, los pilotos de la aeronave civil agradecieron la información y continuaron realizando una evaluación de la situación con total seguridad", explicó el SASF.
Aproximadamente 30 minutos después de que el caza polivalente completara la inspección visual, el A321-211 siniestrado regresó al aeropuerto de Gran Canaria sin más complicaciones.