"Por encima de todo"

Jamie Ewan, de FlyPast, reseña una de las películas bélicas más esperadas de los últimos años: Devotion.

Es fácil decir que la doble patada de la reflexión y el contexto es todo lo que necesitamos para volver, felices, a nuestras vidas... y apreciarlas por lo que son. Devotion encaja a la perfección. Basada en el notable libro del mismo título del célebre historiador y escritor Adam Makos, Devoción retrata de forma eficaz y admirable la épica historia de principios de los años 50 de los aviadores navales de Estados Unidos ENS Jessie Brown, el primer aviador afroamericano que completó el programa básico de entrenamiento de vuelo del servicio, y el LTJG Tom Hudner, cuando ambos entablan una improbable amistad mientras pilotan Bearcats y F4U Corsairs con el "Fightin' Thirty-Two" bajo la sombra entonces persistente de la discriminación y las crecientes nubes del conflicto en Corea, que ponen a prueba su entrenamiento y su relación.

Aunque puede que no sea la epopeya de la Guerra de Corea que muchos esperaban, esta historia de heroísmo, valor, amistad, hermandad, amor y sacrificio es un relato revelador y contundente de una época muy diferente y cuestionable de la historia de Estados Unidos, ya que Devotion toca temas cruciales, no sólo sobre la guerra, sino también sobre la lealtad, las decisiones impensables, las promesas, la abnegación, la paciencia, la cultura y, sobre todo, el racismo. Muchos de ellos siguen siendo relevantes hoy en día.

Siempre existe la curiosidad cuando se estrena una nueva película con la aceptación "basada en la historia real" o "basada en el título más vendido" de que se mantendrá fiel. En el caso de Devotion, aparte de algunos aspectos menores "necesarios para Hollywood", lo consigue, ya que te adentra en el corazón y la mente de Jesse en su lucha por encontrar el equilibrio adecuado entre su familia y su deber, al tiempo que se enfrenta a sus propios retos y lucha contra los demonios que le han perseguido durante toda su vida. Con una cinematografía y un CGI realmente asombrosos, que nos llevan a las cabinas del VF-32 tanto en tiempos de paz como en el infierno de la guerra, hay momentos en los que parece que no esté pasando gran cosa, hasta que nos damos cuenta de los pequeños detalles fundamentales de la devoción de Jesse por su familia, sus compañeros de escuadrón y el país que eligió defender, a pesar de tener que soportar todo lo que éste le echó encima. Cuando Jesse murió, sólo tenía 24 años. Mientras observaba su desgarrador descenso final y lo que supuso para sus devotos que Hudner se lanzara tras él, me vino a la mente una pregunta... ¿hasta dónde llegarías para salvar a un amigo?