PRUEBA Y ERROR

El perfeccionamiento de la tecnología y las tácticas que hicieron del ataque a las presas del Ruhr un éxito tan audaz fue obra de muchos individuos

El mariscal del aire Sir Robert Saundby, que escribió a The New Statesman tras la proyección de la película protagonizada por Richard Todd en 1955, se quejó de que el concepto de atacar las presas alemanas había sido "elaborado por el Estado Mayor del Aire en 1938". Barnes Wallis "inventó el arma [...] pero no originó la idea".

Como la guerra era cada vez más probable, en 1937 se elaboraron los Planes Aéreos Occidentales. Uno de ellos pretendía "atacar la industria bélica alemana, incluido el suministro de petróleo, dando prioridad a la del Ruhr, Renania y el Sarre". El envío de 3.000 bombarderos contra 45 centrales eléctricas y coquerías específicas durante quince días costaría unos 176 aviones, pero paralizaría la producción bélica enemiga. Un plan alternativo para romper las presas de Möhne y Sorpe, negando el agua de sus embalses para las necesidades industriales, cobró entonces impulso.

El Ministerio del Aire consideraba que la ruptura de las presas causaría "enormes daños" a las estaciones generadoras de hidroelectricidad y "la baja cuenca del Ruhr s…

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