Al acercarse el 20º aniversario de las atrocidades del 11 de septiembre, Tom Batchelor reflexiona sobre la influencia de los atentados en la industria de la aviación
Cuando llegaron los primeros informes sobre un incendio masivo que envolvía los pisos superiores de una de las torres del World Trade Center de Nueva York, no estaba inmediatamente claro qué lo había causado. Testigos no confirmados sugirieron que un avión estaba involucrado, y que parecía deliberado. Cualquier ambigüedad sobre el origen del infierno quedó prácticamente confirmada minutos después, cuando un segundo avión se estrelló contra la segunda torre en el extremo sur del Bajo Manhattan.
En total, fueron cuatro los aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001; los otros dos se estrellaron contra el Pentágono en Virginia y contra un campo en Pensilvania. Fue un audaz ataque coordinado que costó casi 3.000 vidas y desencadenó la más profunda sacudida que jamás haya visto la industria de la aviación.