El editor adjunto Jamie Ewan visitó la tan esperada y estremecedora carrera crepuscular del Lightning Preservation Group y descubre algunos de los retos de la organización
El 16 de noviembre del año pasado, el Lightning Preservation Group y sus iconos eléctricos ingleses proporcionaron un bienvenido consuelo aeronáutico cuando el invierno se acercaba. Mientras conducía por los senderos del campo hacia su sede en el aeródromo de Bruntingthorpe, en Leicestershire, me vino a la cabeza la misma pregunta de siempre: ¿qué tienen estos eventos que me hacen ir siempre, haga el tiempo que haga?
¿Se trata de la magia que hace el GLP al permitirte acercarte ridículamente no a uno, sino a dos Lightning F.6 con aliento a fuego? ¿Será el hecho de que el tipo sigue teniendo esa reverencia especial con la misma fuerza que hace 40 años, después de todo el Lightning está a la par con los Spitfire, Phantom y Vulcan en términos de popularidad? ¿Podría ser esa fascinación "propia de los niños" por este cazador del oso soviético? O será porque ofrece la oportunidad de adentrarse en un periodo de tiempo a menudo olvidado que hasta hace poco ha permanecido un tanto dormido: la Guerra Fría.
Propietarios a largo plazo
La histor…